Pequeños fallos con grandes consecuencias: identifica y corrige los errores más frecuentes para disfrutar de una piscina perfecta
¿Por qué es fácil cometer errores en el cuidado de la piscina?
La falsa sensación de simplicidad
A simple vista, cuidar una piscina parece sencillo: echar un poco de cloro, pasar el recogehojas de vez en cuando… y listo. Pero tras esa aparente simplicidad se esconden pequeños gestos que marcan la diferencia entre una piscina reluciente y un agua que se enturbia sin avisar.
Falta de información o rutina establecida
Muchos errores se cometen por desconocimiento o por falta de una rutina clara. No es necesario ser un experto, pero sí entender algunos fundamentos básicos. Una piscina bien cuidada es fruto de constancia, observación y decisiones bien informadas.
10 errores frecuentes que perjudican tu piscina (y su solución)
1. No medir los niveles de pH y cloro con regularidad
Confiar en la apariencia del agua no basta. Si el pH está desajustado, el cloro pierde eficacia y pueden aparecer problemas invisibles. Lo ideal es medir al menos dos veces por semana y siempre después de lluvias o mucho uso.
2. Añadir productos sin conocer los valores del agua
Aplicar cloro, antialgas o floculante sin saber qué necesita realmente la piscina puede ser contraproducente. Mide primero, actúa después. Es la única forma de evitar excesos, incompatibilidades o tratamientos innecesarios.
3. Usar siempre la misma dosis, sin adaptar al uso o temperatura
El agua no se comporta igual en julio que en septiembre. Tampoco si se bañan dos personas o diez. Ajustar la cantidad de producto a la realidad del momento evita sobretratamientos o carencias.
4. Descuidar el filtro o hacer mal el retrolavado
Un filtro sucio pierde eficiencia y puede generar recirculación de impurezas. Limpia el prefiltro cada semana y haz el retrolavado cuando aumente la presión del manómetro o, como mínimo, una vez por semana en temporada alta.
5. No limpiar bien la línea de flotación
Allí se acumulan cremas, polen, insectos… Si no se limpia con regularidad, la suciedad se incrusta y afea toda la piscina. Un producto específico y una esponja bastan para mantenerla impecable.
6. Dejar la piscina destapada durante mucho tiempo
La falta de cubierta multiplica la evaporación, ensucia el agua y acelera la degradación del cloro. Usa una lona o cubierta solar siempre que la piscina no esté en uso, sobre todo por la noche o en días ventosos.
7. No realizar tratamientos preventivos en semanas clave
Esperar a que aparezcan las algas para actuar es como empezar a regar cuando la planta ya se ha secado. En semanas de calor extremo o uso intensivo, aplica antialgas y realiza un pequeño refuerzo de cloro aunque el agua parezca estar bien.
8. Mezclar productos químicos incompatibles
Echar cloro y floculante a la vez, o combinar productos de marcas diferentes sin leer sus instrucciones, puede generar reacciones químicas perjudiciales o ineficaces. Respeta los tiempos y secuencia de aplicación.
9. Usar antialgas solo cuando aparecen algas
El antialgas es más eficaz como prevención que como solución. Una dosis semanal en verano evita su proliferación y mantiene el agua clara con menos esfuerzo.
10. No revisar el agua tras lluvias, fiestas o vientos fuertes
Estos factores alteran el equilibrio del agua. Tras un chapuzón multitudinario o una tormenta, analiza el agua y ajusta si es necesario. La prevención tras eventos anómalos ahorra disgustos mayores.
Cómo crear una rutina a prueba de errores
Checklist semanal y registro de parámetros
Dedicar 10 minutos un par de veces por semana para revisar el estado del agua, el equipo y los niveles químicos es más que suficiente. Anotar los resultados en una libreta o app te permitirá detectar patrones y actuar a tiempo.
Formación básica y asesoramiento profesional
Invertir un rato en aprender los fundamentos del mantenimiento es más rentable que improvisar. Y si tienes dudas, consulta con un profesional o con empresas especializadas como Piscines Dream, que ofrecen acompañamiento personalizado para cada tipo de piscina.
Una piscina cuidada es una piscina sin sorpresas
Evitar estos errores no requiere grandes conocimientos, sino atención, constancia y sentido común. Con una rutina sencilla y productos bien aplicados, tu piscina puede ser ese rincón fabuloso donde el verano brilla sin contratiempos.